En el sombrío contexto de los últimos años, hay los que no lo han sufrido, hasta aprovecharlo, los que se languidecen esperando que otro haga algo y los que mueven montañas para cambiar las cosas (¡para quizá también aprovecharlo!). De esos últimos ha nacido un movimiento que llamo “Happy” o mejor dicho, ha vuelto a nacer ya que hizo una aparición en los años 1980 y tiene raíces en el epicureísmo .
Se ha vuelto un movimiento masivo e internacional cuando la canción, Happy, de Pharell Williams se propagó, y lo ilustra en su web en el qué amigos y figurantes bailan la alegría en un clip de 24 horas;
También ha inspirado el artista Stefan Seigmeister en la creación de su “Happy Show“.
Luego, muchos recuperaron la canción y el video, mi preferida es la versión marsellesa.
Este movimiento “Happy” también se encuentra en otros proyectos que empezaron a florecer desde casi ya una decada:
Coca-Cola ha diseñado su estrategia y su eslogan alrededor de la felicidad.
Monceaux Fleurs (marca de floristas) creó en 2005 la cadena de tiendas Happy en 2005.
El diseñador Jean-Charles de Castelbajac usó sus símbolos en muchas creaciones;
Y su TumblR #HappyCult para Happy Culture, creado, en 2013 creo, lo confirma.
Happinez, la primera revista “mindstyle” europea apereció en Francia en enero 2014 escogió como credo una frase tipo proverbio chino (sí, ya lo sé) : “La felicidad viene de la atención a las cosas pequeñas”.
Una vuelta a los smileys (¡ahora llamado emoticonos!), al baile, y otros señales recuerdan como saborear, enseñan de nuevo qué es la felicidad y ¡las marcas también lo disfrutan!